Médicos alertan sobre abusos en el consumo de ansiolíticos

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Aseguran que el consumo de psicofármacos se ha generalizado en la Argentina, con el agravante de que muchas personas se automedican porque un familiar o un amigo les da una pastilla, sin medir consecuencias.

La siguiente es una nota realizada por el diario argentino Los Andes, donde es llamada nuestra directora de Rucalaf para opinar sobre este tema:

La ansiedad por tener que rendir un examen, la angustia cuando el sueño no quiere aparecer o la sensación de que el corazón se acelera ante una determinada situación pueden ser resueltos de un modo casi mágico con una pastilla.

Esto, en una sociedad que promueve la satisfacción inmediata por sobre el tiempo que requieren ciertos procesos. Ante esto, profesionales de la salud advierten que existe una banalización del uso de ciertos psicofármacos y que en muchos casos las personas se automedican.

Desde la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) difundieron que Argentina lidera, junto con Francia, las estadísticas de consumo per cápita de psicofármacos a nivel mundial. Las mujeres y los adultos mayores han sido señalados, en ciertos estudios, como los grupos poblacionales que registran un mayor consumo de éstos y de potenciadores del sueño.

Antonio Di Nanno, médico psiquiatra integrante de la AMAP, indicó que se ha generalizado la idea de que una molécula -en este caso los psicofármacos- puede cambiar desde la conducta hasta el humor de una persona.

Pero resalta que ninguna droga es inocua, siempre produce un efecto. Y considera que lo más grave es que en la mayoría de los casos se consume por automedicación.

Es que los psicofármacos se venden sólo con prescripción médica y en muchos casos se requiere que la receta quede archivada. Pero, como indica el psiquiatra Manuel Vilapriño, hoy es muy común que en toda familia haya alguien que los tome.

Así, cuando una persona está atravesando una situación de ansiedad o incluso una “pena momentánea”, suele haber alguien -hermano, madre, tío- dispuesto a convidar una píldora para poner fin al problema.

Sergio Saracco, jefe del Departamento de Toxicología de la provincia, comentó que en distintos trabajos que han realizado desde el Observatorio de Salud Pública y Problemáticas de Consumo (de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo) se ha detectado un porcentaje importante de pacientes que consumen psicofármacos sin receta médica. Es decir, que se automedican con pastillas que les da un familiar o amigo.

Respuestas ya

“Es difícil que la gente entienda que a la angustia hay que sobrellevarla”, señaló Manuel Vilapriño. “Vivimos en una sociedad muy hedonista e individualista que lleva a una necesidad de satisfacción rápida”, añadió.

En este contexto, es comprensible que sean tan altas las tasas de depresión -la Organización Mundial de la Salud sostiene que el 25% de la población mundial va a padecerla en algún momento- y de trastornos de ansiedad: en Argentina los sufren de 14 a 18% de la población.

Saracco coincidió en que cada vez hay un mayor consumo de psicofármacos para distintas patologías y que se relaciona en gran medida con el estilo de vida actual, que lleva a más situaciones de estrés y angustia, y con la insatisfacción permanente del consumo, de tener que tener lo último.

“Se busca la solución rápida ante un cuadro de insomnio. El sentirse mejor de modo inmediato en lugar de atravesar el proceso de resolución. Pero es como si uno tiene neumonía y toma una aspirina para la fiebre, sin curar la bacteria: el proceso sigue”, indicó.

En el consultorio de terapia esto también es notorio. La psicóloga Alicia Montón comenta que la persona llega buscando una respuesta, que le digan qué tiene para sentirse más tranquilo, para poder recibir medicación de acuerdo con eso.

Pero resaltó que no dan un diagnóstico, ya que cuando se le dice a alguien que tiene depresión, se pone la etiqueta de “soy depresivo” y porque en cada individuo se manifiesta de un modo diferente.

“La gente busca en el psicólogo una respuesta similar a la de otros médicos. Así como un clínico receta amoxidal para las anginas y se curan, esperan lo mismo en la terapia. No soportan la duda, tener que buscar”, planteó.

No son inocuos

El médico psiquiatra Manuel Vilapriño comentó que él prescribe medicación ya que, en ocasiones, estas drogas salvan vidas, pero planteó que el hecho de que alguien las tome antes de rendir un examen habla de hasta qué punto se ha banalizado su utilización. En cambio, manifestó, se juzga con dureza a quien tiene una depresión o una enfermedad psiquiátrica.

Indicó que aproximadamente 80% de los psicofármacos no son recetados por un psiquiatra, sino por médicos de otra especialidad, ya sea clínicos o cardiólogos.

Y si bien no se mostró en desacuerdo con esto, ya que por ejemplo calmar la ansiedad pueda ayudar a controlar la hipertensión, recalcó que no es conveniente que se tomen por períodos prolongados.

Vilapriño mencionó que lo ideal es utilizarlos por un tiempo acotado y suspenderlos, porque generan acostumbramiento y tienen efectos cognitivos. En este sentido, indicó que hay personas que llevan 10 o 20 años tomando ansiolíticos y esto no sería recomendable.

También Saracco advirtió que los psicofármacos generan dependencia, por lo que una persona puede empezar a tomarlos para combatir el insomnio pero, desaparecido el problema que lo causaba, la dificultad para dormir persista, vinculada después a la abstinencia.

Además, provocan tolerancia, es decir que cada vez se necesita una dosis mayor para lograr el mismo efecto.

Alternativas saludables

“Cada tanto me dicen ‘no sabés lo lindo que es dormir con clonazepam’ y yo les digo: ‘andá a subir el Cerro Arco y vas a dormir igual de profundo’”, contó la psicóloga Alicia Montón.

Reconoció que en ciertos casos la medicación ayuda en una primera instancia para poder realizar el trabajo psicológico y que, cuando se trata de una cuestión química, es necesaria. Pero también señaló que la pastilla se toma muchas veces como la salida fácil.

La especialista explicó que así como hay personas que todavía le tienen miedo a la medicación y sus efectos, otras le piden que las derive a un psiquiatra.

Ella, por su parte, demora lo más posible esta derivación, porque considera que la mayoría de las veces se puede abordar de otra manera. Entonces, recomienda a sus pacientes que salgan a correr, que pinten, que arreglen las plantas.

El psiquiatra Manuel Vilapriño comparte la opinión de que, en muchos casos, se puede optar por buscar una mejor calidad de vida, hacer actividad física, cuidar los afectos persistentes como una solución efectiva.

Esto, porque muchos psicofármacos sólo atacan el síntoma, de un modo similar a cuando se toma paracetamol para la gripe, pero el virus debe completar su proceso.

Enlace al artículo original: https://www.losandes.com.ar/la-pastilla-milagrosa-que-puede-ser-peligrosa/

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